Corrientes rindió un homenaje a Julián Zini, fallecido en 2020, en la 48.ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, en un acto desarrollado por el día de la provincia en la sala José Hernández del pabellón Rojo, en el predio de la Rural.
El homenaje a Zini, organizado por el Instituto de Cultura de la Provincia, incluyó el recitado del poemario póstumo Raíces del alma, a cargo de José Lezcano, acompañado por Tato Ramírez y Tono Barberán, y un cierre que puso a bailar muchas parejas, de la mano de Nélida Zenón y la Embajada Playadito.
Participaron del acto el presidente del Instituto de Cultura, Gabriel Romero, y el presidente de la Academia Nacional del Folklore, maestro José Luis Castiñeira de Dios.
Asistieron también la senadora nacional Gabriela Valenzuela, el ministro de Justicia de la Provincia, Juan José López Desimoni; el integrante de la Casa de Corrientes en Buenos Aires Raúl Benítez, el presidente del Inamu, Bernabé Buco Cantlon, y artistas correntinos como Aldy Balestra y Tomas Zacarías, entre otros.
“Quiero destacar la importancia de que el Gobierno de la Provincia sostenga la presencia en esta feria. Significa para nosotros apostar al circuito virtuoso que incluye al escritor, el editor, la librería, el lector, y también el apoyo a las bibliotecas populares. Es una defensa fundamental que hay que sostener, que significa no solo hablar de cultura, identidad e historia, sino fortalecer ese engranaje muy importante que es la industria editorial”, dijo Romero.
Corrientes cuenta este año con el stand Avío del alma, en el pabellón Ocre, donde exhibe 260 títulos de 180 autores correntinos, en un trabajo conjunto del Instituto de Cultura y la Casa de Corrientes en Buenos Aires.
Romero dijo que esta es “una gran posibilidad de traer un pedazo de Corrientes a Buenos Aires, y sostener la identidad que tiene la provincia, mostrarnos como somos: historia, presente pero también futuro”.
Castiñeira de Dios aseguró que Zini es “una figura tan central para la cultura popular correntina y argentina”. “No puedo dejar de pensar, cuando pienso en Julián Zini, en esas aperturas de la Fiesta Nacional del Chamamé, en las cuales representaba esa dualidad tan particular que tiene el correntino de vincular una tradición indígena ancestral del mundo guaranítico con la huella de la cristianización y la religiosidad que de ella deviene”, señaló.
“Siempre lo recuerdo haciendo esas presentaciones poéticas, y a la vez arengas, porque siempre estaba estimulando a los artistas y a todas las figuras del mundo cultural correntino, para que se abrieran y se multiplicaran en el país, en todos los espacios de cultura, en las fiestas, en los festivales”, agregó.
“Desde que la Unesco declaró el chamamé como patrimonio inmaterial de la humanidad, adquirió rango superior en cuanto al reconocimiento internacional pero no cambió nada con respecto a lo que en la Argentina se piensa de este género, de este mundo cultural que representa, que está atrás del fenómeno artístico del chamamé y que hoy se extiende por todo el país y llega a muchos países de América de Sur, con una presencia cada vez más creciente”, sostuvo.
Al respecto, dijo que el “padre Zini tuvo mucho que ver con este periodo de expansión del chamamé”, de “ese primer periodo que tuvo a comienzos de siglo, cuando hay un desplazamiento de trabajadores del mundo rural al mundo de la industria de la carne en Buenos Aires, y ese esa primera promoción nacional que se arraiga en algunos barrios como La Boca y Palermo, donde la presencia del chamamé tenía el mismo rango que el tango y el jazz, en esos lugares se escuchaba espectáculos todos los fines de semana para la colectividad y poco a poco se fue abriendo para el gusto y el paladar de los argentinos”, reseñó.
CGP
Foto: Instituto de Cultura de Corrientes