Trabajadores del hospital Garrahan, jubilados y militantes de organizaciones peronistas y de izquierda coincidieron esta tarde en Plaza de Mayo con múltiples reclamos al gobierno de Javier Milei, un día después de la confirmación de la condena a la expresidenta Cristina Kirchner a 6 años de cárcel por la causa Vialidad.
Si bien los militantes protestaban contra la decisión de la Corte Suprema contra la exmandataria, los residentes y los científicos del Garrahan llevaban adelante su reclamo por las reivindicaciones salariales de esa institución.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, intentó evitar que la movilización de los miércoles de los jubilados llegara al Congreso y terminó desencadenado una convocatoria multisectorial a la Plaza de Mayo.
Un día después de la sentencia de la Corte Suprema contra Cristina Kirchner, la marcha de todos los miércoles terminó nutriéndose de nuevos manifestantes que, en defensa de la expresidenta, se sumaron a la convocatoria. Y, ante la imposibilidad de llegar al Congreso por el operativo policial, terminaron movilizándose hacia la Casa Rosada.

Ya desde temprano había puntos de concentración en varios puntos de la ciudad de Buenos Aires. En Constitución, en la esquina de la casa de Cristina, la militancia peronista continuaba con la vigilia que se había extendido durante toda la noche anterior.
En el Obelisco, los residentes y los médicos del hospital Garrahan concentraban en reclamo por una recomposición salarial y, en el Congreso, los jubilados preparaban una nueva convocatoria en reclamo por una actualización de los haberes mínimos.
Cuando las columnas de los jubilados comenzaron a llegar a la plaza del Congreso a la tarde, sin embargo, se dieron cuenta de que el operativo de seguridad de Bullrich había cerrado al tránsito. Era imposible acercarse a más de dos cuadras del palacio legislativo: el vallado llegaba hasta la mitad de la plaza, que estaba rodeada por las fuerzas de seguridad.

“Soy jubilado y la democracia está en peligro. Todos tenemos que estar acá a defender a Cristina, a los jubilados, pero también a la democracia”, dijo Alberto a la cámara de C5N.
“Soy enfermera y estoy sin laburo, es una injusticia porque con ella [Cristina] veníamos tranquilos”, agregaba una señora a su lado, que también marchaba por primera vez.
Los médicos y residentes del Garrahan, que definieron convocar un paro de 48 horas ante la falta de respuesta del Gobierno, también marcharon a la Plaza de Mayo. Unas horas antes, el Ministerio de Salud que conduce Mario Lugones había anunciado más de 100 despidos en el Hospital Posadas.
A la marcha se sumaron columnas de la UTEP, ATE y de agrupaciones de izquierda. Cuando marchaban por la Avenida de Mayo, sin embargo, se volvieron a chocar con un operativo policial que impedía el paso, y comenzaron los enfrentamientos.
A diferencia de otros miércoles, que suele terminar con manifestantes y periodistas golpeados, baleados y gaseados, la policía no reprimió con ferocidad ni hubo detenciones arbitrarias. Hubo algunos heridos, pero no llegó a mayores.
Por la noche, mientras la plaza comenzaba a vaciarse, otra convocatoria comenzaba a llevarse a cabo a unos kilómetros: la columna de la agrupación kicillofista Movimiento Derecho al Futuro que marchaba de Avellaneda a Constitución en defensa de Cristina.
CGP, con información de la agencia NA y elDiarioAR
Foto: Cristina Sille/Reuters