El presidente Javier Milei participó este domingo por la tarde de una invocación religiosa en la catedral metropolitana de Buenos Aires, que fue presidida por el arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina,
Jorge Ignacio García Cuerva, en una jornada que finalizó con la gala presidencial de asunción en el Teatro Colón, adonde el jefe de Estado arribó pasadas las 21.45, acompañado por su hermana y secretaria general de la Presidencia, Karina Milei.
El encuentro interreligioso comenzó poco antes de las 20 y contó con la participación de los representantes de los cultos que se profesan en el país.
Además de García Cuerva, asistieron el arzobispo griego, Iosif Bosch; el obispo anglicano, Brian Williams; el representante de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la Argentina, pastor Christian Hooft; el rabino Shimon Axel Wahnish y Sheij Salim Delgado Dassum, representante de la comunidad islámica.
García Cuerva dijo que “nuestro país es nuestra casa” y refirió que “somos conscientes que nuestra casa ha sufrido y sufre muchas tormentas; sufre torrentes de exclusión, de dignidades pisoteadas, de inflación, de grietas, de intereses mezquinos, de desencanto y de sueños rotos”.
“Por eso hoy nos toca a nosotros recordar, reforzar y valorar los cimientos que nos permitieron mantener viva la esperanza en los momentos más acérrimos, porque siempre es posible renacer si lo hacemos entre todos”, agregó.
“Uno de los cimientos más golpeados, que necesitamos forjar nuevamente es la fraternidad”, señaló, y abogó por “insistir una y mil veces con trabajar la unidad entre los argentinos”, y de tener “una fraternidad que reconozca e inclusive valore las diferencias, y que estas no sean usadas para fragmentar, dividir o enfrentarnos más, sino para encontrar nuevas respuestas a los problemas que hoy acucian”.
El arzobispo de Buenos Aires subrayó que “las heridas y urgencias de nuestro pueblo piden a todos, pero especialmente a la clase dirigente la capacidad de comprometerse con la fraternidad social”, que “exige la radicalidad de no enfrentarnos unos contra otros”.
“El segundo cimiento a recuperar para que ese sueño llamado patria siga inspirando a las nuevas generaciones, es la libertad”, consignó García Cuerva, y amplió: “Como hermanos en la fe, todos los aquí presentes compartimos la creencia en un Dios liberador. Un Dios que nos quiere liberar de la opresión, de la codicia y la avaricia, de la injusticia y la iniquidad, y de toda forma de violencia; un Dios que nos hace libres, sí, pero para ser más dignos y solidarios” y “comprometernos especialmente con los que más sufren”.
“Como nos dice el papa Francisco: la verdadera libertad se expresa plenamente en la caridad. No hay libertad sin amor. Sabemos que una de las concepciones modernas más difundidas sobre la libertad es esta: ‘mi libertad termina donde empieza la tuya’. ¡Pero aquí falta la relación, el vínculo! Es una visión individualista”, refirió el religioso.
El tercer cimiento “es la memoria”, expresó García Cuerva. Es “recuperar nuestra historia y reconocer a los hombres y mujeres que forjaron la patria desde sus inicios y que cimentaron las bases de la organización nacional”, como “la soberanía popular, el sistema representativo, la forma republicana, el federalismo”.
“El testimonio de nuestros próceres y de tantos otros, su reflexión y su accionar, con sus luces y sombras, son otro cimiento fundamental. No usemos sus nombres para desunir a los argentinos”, enfatizó.
Por la noche, Milei fue recibido en el Teatro Colón por el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, junto a su esposa, la periodista Belén Ludueña, quienes lo escoltaron hacia el interior.
Los primeros invitados a la gala comenzaron a ingresar poco antes de las 21, a la espera de la llegada del primer mandatario para dar comienzo a la función, que según se había informado desde Presidencia estaba prevista para las 20.30, pero se vio demorada por el retraso de la ceremonia en la catedral.
Entre los primeros en llegar estuvieron el ministro de Defensa, Luis Petri, acompañado por su pareja la periodista, Cristina Pérez, y también arribó la diputada española del Partido Popular (PP) de España Cayetana Álvarez de Toledo y varias comitivas extranjeras.
Cerca las 21 llegó a la explanada del Teatro Colón la actriz y pareja del presidente, Fátima Florez, a bordo de una camioneta blanca, y luego la diputada Lilia Lemoine.
Más tarde se presentó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y detrás suyo la vicepresidenta Victoria Villarruel ingresó al teatro, luego de saludar a lo lejos a los militantes presentes.
Posteriormente, arribó la canciller Diana Mondino, con su marido, y también el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Horacio Rosatti.
La función de gala estaba prevista para las 20.30 pero se demoró hasta las 21.50, luego de la llegada de Milei. En los alrededores del teatro, cientos de seguidores del presidente se agruparon para saludarlo.
Al momento de apagar las luces de la sala apareció en el escenario el cantante Raúl Lavié, quien comenzó a interpretar el tango Balada para un loco y la función continuó sin transmisión pública.
Con información de la agencia Télam
Foto: Maximiliano Luna/Télam