“¿Será que alguna vez podré perdonar a mi mamá?”, la pregunta de César Sena al cura que fue a verlo a la cárcel

“Padre, ¿será que alguna vez podré perdonar a mi madre lo que me hizo?”. El sacerdote Rafael del Blanco, que concurrió a la comisaría 6.ª para dialogar con César Sena, detenido en esa seccional de la policía de Chaco, contó que el esposo de Cecilia Strzyzowski le hizo esa pregunta.

“Hay que tomarlo con pinzas, pareciera que él está midiendo y calculando todo lo que dice”, advirtió el cura, en declaraciones a Diario Chaco.

“En ningún momento se refirió a Cecilia como si estuviera viva”, relató Del Blanco y que en toda la charla César Sena apuntó a su madre, Marcela Acuña, como la responsable del presunto crimen de la joven de 28 años, desaparecida desde el 2 de junio en Resistencia.

“Como que se le fue la mano, como que hubo una fuerte discusión [entre Marcela Acuña y Cecilia] y que ahí pasó algo que él no sabe qué ni cómo terminó porque dice que él no estaba. Yo le pregunté cómo no escuchó ruido y me dijo: ‘Siempre está sonando la música, el lavarropas’”, relató.

“Ahora yo a ella nunca más la voy a tener”, le dijo César Sena al sacerdote refiriéndose a Cecilia en todo momento como si no estuviera viva. “Ahí inmediatamente a eso dice: ‘¿A usted le parece que yo alguna vez podré perdonar a mi mamá el daño que me hizo?’”, recordó Del Blanco.

Según comento el cura, Marcela había enviado a su hijo a “x lugar”, que podría ser Colonia Benítez. “No tengo claro eso”, explicó sobre la precisión del dato. “Él se fue y cuando volvió, Cecilia ya no estaba y que directamente le dijeron que ella se había ido y que sí, que Marcela reconocía que hubo una fuerte discusión y a él eso no le pareció normal porque–me lo dijo claramente–: ‘Mi mamá no la quería a Cecilia, pero yo nunca me imaginé que esto podía llegar a este extremo’”.

Del Blanco le ofreció la confesión a César Sena en la visita, durante la cual el joven de 19 años, imputado por el presunto femicidio de Cecilia, lloró, según contó el sacerdote. César no quiso confesarse.

Dijo que el joven se encuentra en un “estado de angustia”, porque, “haya hecho lo que haya hecho, no deja de ser un chico. Tiene 19 años e inclusive, psicológicamente, parece más chiquito porque todos sabemos lo consentido, cuidado y mimado que fue”, señaló.

“Yo no lo excuso de nada si es que él llegó a hacer algo. Lo mío fue nada más y nada menos que una respuesta humanitaria y también en mi condición de sacerdote para ir a escucharlo”, aclaró Del Blanco.

“Me habló sobre su estado de angustia en relación a lo que le espera, que su vida está arruinada. Está muy enojado sobre todo con su mamá me parece, no así con su papá”, agregó.

CGP

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *