La madre de Cecilia Strzyzowski, la joven de 28 años desaparecida en la ciudad chaqueña de Resistencia, dijo este martes que cree que ya no va a “recuperar” a su hija porque los investigadores le aseguraron que fue asesinada, cuestionó la falta de recursos para realizar los rastrillajes y convocó a una marcha y bocinazo para este miércoles en todo el país.
“Me dijeron que toda esta causa se encubrió o se retrasó por falta de recursos. El rastrillaje se cortó a la noche porque no tenían un grupo electrógeno”, se quejó este mediodía Gloria Romero, la madre de Cecilia, en declaraciones a Crónica TV.
La mujer reclamó que se le brinden a la Fiscalía y la Policía de Chaco los recursos necesarios “para seguir un caso así”.
Consultada sobre la posibilidad de hallar a Cecilia con vida, Gloria respondió: “Para mi hija ya es tarde. Yo ya no la voy a recuperar. Pero para otras mujeres, todavía no. Por eso me estoy movilizando”.
“Ya se van a enterar por qué [la mataron]. Yo no puedo decir nada, si yo cometo un error de decir algo que no tengo que decir, se cae la causa”, dijo Romero.
Mañana, a las 20.30, se realizará una marcha en reclamo de justicia en Resistencia y “en cada pueblito del Chaco, y si se puede, en cada provincia; y si no, se puede hacer un bocinazo”, ya que, según Romero, lo que sucedió con su hija “pasa en todos lados”.
Luego, apuntó con la pareja de su hija, César Sena, y los padres de este, Emerenciano Sena y Marcela Acuña –los tres detenidos por el caso–, ya que en las últimas imágenes sobre el paradero de su hija “se la ve ingresar, pero no se la ve salir” de la casa de los sospechosos.
También contó que César se presentaba como “un príncipe encantado”, pero los amigos de su hija les reenviaron mensajes de ella en los que “les dijo que el 3 de mayo él la violentó, la subió a la fuerza a la camioneta y le hizo una guillotina”.
Según Romero, su hija y César Sena iban a mudarse a Ushuaia para trabajar los dos en un organismo público en el que “iban a tener un puesto de 350 000 pesos cada uno, más la casa”.
“Ella estaba entusiasmada porque se independizaba. Ella trabajaba para el centro de salud de Emerenciano y ella no quería depender de Marcela Acuña ni de Emerenciano porque ellos los manejaban con el tema de que, si César no iba a la casa cuando la madre quería, le cortaba los víveres”, manifestó la mujer.
Por último, explicó que “nunca” tuvo “contacto” con la familia de su yerno: “Mi hija nunca me dejó acercarme. Yo no le conozco la cara a Marcela Acuña, le tenía miedo al entorno”.
Con información de la agencia Télam