La fiscal que investiga el crimen de la periodista Griselda Blanco, asesinada el 20 de mayo pasado en su casa de la ciudad correntina de Curuzú Cuatiá, dijo este lunes que “hay indicios de una relación conflictiva” entre la víctima y Darío Holzweissig, el empresario de la noche detenido por el asesinato.
“Hubo mucha recolección de evidencia”, remarcó esta mañana en declaraciones a radio Sudamericana la fiscal María José Barrero Sahagún, a cargo de la causa.
Según la instructora judicial, entre las evidencias recolectadas se determinó que hubo mensajes y audios de WhatsApp del celular de la víctima, que se llevó el asesino y luego fue secuestrado, que “habían sido eliminados”, pero que los recuperaron los peritos del Departamento de Cibercrimen de la Policía Federal Argentina (PFA).
“Cada vez son más fuerte los indicios de la relación conflictiva entre ellos, que podría ser el móvil para dar muerte a Griselda Blanco”, dijo Barrero Sahagún en referencia al detenido Holzweissig, quien ayer quedó formalmente imputado de “homicidio simple” y seguirá detenido con prisión preventiva.
La fiscal confirmó que Blanco y el empresario mantenían una relación comercial y también sentimental, y que “hasta el momento, no hay evidencia sólida” de que el crimen “tenga relación con su trabajo como periodista”.
También destacó que “las cámaras de seguridad lo sitúan [al imputado] en el horario de la data de la muerte que arrojó la autopsia, saliendo de su casa y en la esquina de la casa de la víctima”.
Luego indicó que en los alrededores de la vivienda del empresario “se recogieron elementos de muchísimo interés para la causa, que están sujetos a pericias”, y que se aguardan los resultados de los peritajes de ADN.
Holzweissig (46), propietario del club nocturno Punto Sur de Curuzú Cuatiá, fue apresado el jueves pasado y ayer se negó a declarar ante la fiscal en la audiencia imputativa.
El empresario fue el segundo detenido por el caso luego de Armando Jara, la expareja de la víctima que en un primer momento fue apresado por femicidio y luego liberado por falta de pruebas, aunque continúa vinculado a la causa ya que la fiscalía no descarta ninguna hipótesis.
El crimen fue descubierto el 20 de mayo último, cuando Blanco (44) fue hallada estrangulada, con una soga en el cuello, tirada en el piso, con golpes en el rostro y heridas de arma blanca en su casa de la calle Juan Pujol, de Curuzú Cuatiá.
Con información de la agencia Télam