La marcha de Ni Una Menos clama contra las políticas del gobierno de Milei: “El hambre y el odio también matan”

En el primer 3J de la era Milei, el movimiento de las mujeres y diversidades se movilizó masivamente con las consignas de “Con hambre, odio y racismo colonial no hay Ni Una Menos” y “Abajo la ley Bases y el DNU”, a 9 años de la primera manifestación contra la violencia machista.

La marea feminista se volvió a expresar en todo el país, con epicentro en el Congreso, en contra de la ley Bases y del DNU N.° 70, ambos fuertemente regresivos para los derechos de este colectivo.

Otro de los ejes de la manifestación fue la exigencia de justicia por el triple lesbicidio de Barracas y la asistencia a la única sobreviviente, así como políticas activas para combatir los discursos de odio que están a la base de este tipo de ataques.

La marcha Ni Una Menos se realiza desde 2015 en la Argentina. El origen fue el femicidio de Chaira Páez, de 16 años, asesinada por su novio. Pese a la gran movilización social de los últimos años, los feminicidios no cesaron: se registra uno cada 35 horas, en promedio, en su mayoría a manos de parejas o exparejas.

Este fin de semana, el cuerpo de Johana González, de 30 años, fue localizado en una laguna de la ciudad de Resistencia, Chaco. Había sido asesinada, descuartizada y arrojada al agua dentro de una bolsa.

Unos días atrás, fue encontrado el cuerpo de Talía Abigail Aragón (27 años) al pie de un acantilado. No cayó por accidente: antes le habían clavado una puñalada en el pecho y la policía sospecha que el asesino fue su exnovio. Anahí Robledo Yuvero, de 17 años, recibió más de una veintena de cuchillazos mientras dormía en su cama, presuntamente por la expareja de su madre como acto de venganza contra ella por haberlo dejado.

En Corrientes, Milagros Espinoza, de 14 años, fue asesinada por tres jóvenes en Monte Caseros, quienes la apuñalaron después de abusar sexualmente de ella.

Organizaciones sindicales, políticas y sociales participaron de la marcha, entre ellas, la CGT, la CTA, UTEP, ATE, la CTERA, el Frente Patria Grande, el Partido Obrero, La Cámpora, PTS, Pan y Rosas y Las Rojas.

En las primeras filas del público estuvieron dirigentes políticas como las diputadas nacionales Mónica Macha, Natalia Zaracho y Romina del Pla, así como las referentes de izquierda Manuela Castañeira y Valentina Biassi.

“Este 3 de junio las trabajadoras feministas organizadas volvemos a las calles, donde nos reivindicamos como sindicalistas, porque estamos convencidas de que la organización colectiva es la única manera de enfrentar al gobierno de estos insensibles que siempre atacaron a la clase trabajadora, pero que nos afecta particularmente a las mujeres y disidencias”, dijo Carla Gaudensi, secretaria general de la Fatpren.

“Lo que sucedió en Barracas fue el último eslabón de una cadena de discursos de odio que se están gestando hace rato y por eso ganó [Javier] Milei. Son discursos que pueden desencadenar, como en este caso, que asesinaran a tres compañeras lesbianas”, dijo Linter Campos, de la Asamblea de lesbianas Autoconvocades por la Masacre de Barracas tras dejar a un lado el megáfono con el que hasta hacía segundos estaba gritando a brazo partido “¡Mataron a tres lesbianas con dos bombas molotov mientras dormían!”.

El movimiento feminista #NiUnaMenos concentra en el Congreso de la Nación – foto: Cristina Sille para Clarin

En la movilización estuvo presente también con un gazebo propio el Plenario de Trabajadores Jubilados. “Muchos de nosotros somos mujeres, la mayoría cobramos la mínima y la estamos pasando muy mal porque además nos faltan bocha de derechos por los que luchamos”, dijo a Somos Télam Liliana Carsi.

En particular rechazaron la propuesta oficial de eliminación de la moratoria jubilatoria que afecta en particular a las mujeres por ser víctimas de una “doble opresión: o trabajás dentro de casa y no te pagan” un sueldo y, por lo tanto, no te hacen aportes, “o trabajás fuera de casa y te pagan poco, te explotan, pero además no te hacen los aportes”, con lo cual las posibilidades de jubilarse son muy bajas.

Un grupo de activistas travesti-trans llegaron detrás de una enorme bandera con la inscripción “Columna Diana Sacayán-Lohana Berkins”.

“Recuerdo estar con ellas, participamos en el primer Ni una Menos con nuestros carteles de ‘Basta de travesticidios’. Siempre estuvimos, aunque con nuestras demandas específicas como la lucha contra los crímenes de odio travesti trans y contra la violencia machista dirigida no solo a las mujeres cis sino a las trans, travesti, lesbianas y todas aquellas personas que nos salimos de la cis hetero norma”, dijo a Somos Télam la activista trans Florencia Guimaraes.

Poco a poco, las columnas fueron confluyendo frente al palacio legislativo, donde, después de las 16.30, se leyó colectivamente un pronunciamiento de la Asamblea de Lesbianas Autoconvocadas por la Masacre de Barracas, antes de proseguir con el documento de la marcha.

Todo ocurrió sobre un escenario de espaldas al Congreso y con un enorme retrato de Norita Cortiñas, sonriendo, a sus pies.

En relación al triple crimen incendiario de Barracas, reclamaron “justicia por Pamela, Roxana y Andrea, asesinadas cruelmente con dos bombas molotov por ser lesbianas” y exigieron al gobierno porteño “soluciones reparatorias para Sofía, sobreviviente de la masacre”.

“Condenamos los femicidios, lesbicidios, travesticidios, transfemicidios y transhomicidios que se incrementan día a día y el violento accionar del poder judicial misógino y denunciamos el cerco mediático. Nos seguimos preguntando ¿dónde está Tehuel de la Torre?”, dijeron.

“Exigimos celeridad en la investigación por abuso sexual que involucra al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, y resguardo a la denunciante”, dijeron en otro de los párrafos de un documento de cinco páginas.

Además, responsabilizaron al gobierno nacional y sus seguidores porque “los ataques hacia la comunidad LGBTIQ+ se hayan incrementado”, como consecuencia de “los discursos y actos de odio” que desde allí se promueven.

Por otro lado, repudiaron “el protocolo antiprotesta” de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; la “baja de la edad de punibilidad” y los proyectos de ley “de reiterancia” y de “libre portación de armas”; todo lo cual representa “más violencia hacia nosotres”.

Además de rechazar “el despliegue represivo y persecutorio” que acompaña al “plan motosierra”, denunciaron que el gobierno también es “responsable de agravar la crisis social promoviendo los despidos, el ajuste y recortando los programas sociales”.

“El gobierno (…) hostiga a los movimientos sociales y piqueteros, a sus militantes y a sus dirigentes acusándolos de extorsionadores mientras tienen guardados y sin entregar 5 millones de kilos de alimentos (…) Esta política de hambre expresa una política genocida”, dijeron.

En ese sentido, recordaron que “la pobreza llegó al 55 % y la indigencia al 18 % de la población” y que, a pesar de que “el 69 % de los niñas, niños y adolescentes en la Argentina son pobres”, el presupuesto destinado a las niñeces cayó un 75 % y las jubilaciones se recortaron entre un 24 % y un 37 %.

Rechazaron la ley Bases por “machista, antiobrera, antipopular y neocolonial”, y condenaron el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), la privatización de empresas públicas, el desguace del Incaa y del INTI, así como el silenciamiento e intento de cierre de Télam y del Inadi.

Además, denunciaron que “15 000 trabajadorxs estatales” fueron despedidos en los últimos 6 meses sin respetar las leyes de cupo y a pesar de que ellos “garantizan políticas públicas fundamentales”.

Con información de Somos Télam y El País
Fotos: Cris Sille/Clarín

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