Rumbo al 22 de octubre | Bullrich piensa en un nuevo “Sí se puede” y Massa, en invisibilizarla

La candidata a presidenta de Juntos por el Cambio (JxC), Patricia Bullrich, empezó este lunes a definir la estrategia electoral hacia las generales de octubre con un único objetivo: sumar votos para entrar al balotaje contra Javier Milei, la única manera que ven para llegar a la Casa Rosada.

El domingo, Bullrich recibió a Horacio Rodríguez Larreta detrás del escenario del búnker de Parque Norte con un saludo afectuoso. Tragando bronca, el jefe de Gobierno ya la había felicitado con una llamada telefónica en la previa, cuando cada uno recibió los resultados de sus mesas testigos en sus propios comandos: frente a la Plaza de Mayo, la exministra; en la calle Olazábal, el alcalde porteño.

“Estoy a disposición, ¿qué querés que hagamos?”, le dijo Larreta, a regañadientes, cuando se encontraron cara a cara. Quienes lo vieron aseguran que el rostro del jefe de Gobierno tenía un claro gesto de incredulidad sobre el resultado final. Un colaborador con llegada a su mesa chica no ahorró metáfora: “Quedó hecho mierda”, cuenta Mauricio Caminos en elDiarioAR.

El mismo malhumor destilaban sus máximos colaboradores que lo acompañaron, como su estratega de campaña, Federico Di Benedetto, y su armador federal, Eduardo Machiavelli, dos funcionarios de la Ciudad.

Bullrich y Larreta acordaron entonces el orden en que aparecerían en público: ella liderando la escena, para luego invitarlo personalmente a subir. Después, para el final, sería el turno de Mauricio Macri, que emergió en la oposición como un ganador en las sombras. El alcalde no opuso resistencia. “Me quiero ir rápido”, lo escucharon decir.

Todo lo contrario fue el festejo del triunfo del bullrichismo, que siguió luego en la casa particular de la candidata y después en La Biblioteca, un boliche de San Telmo –a metros de la sede del PRO– que habían alquilado de antemano, confiados en un resultado favorable en las urnas.

Según elDiarioAR, la algarabía se extendió hasta las 5 de la mañana de este lunes, lo que dio espacio para un descanso de apenas horas. A media mañana, la ahora candidata presidencial de JxC se reunió con su mesa chica, que integran, entre otros Juan Pablo Arenaza, Hernán Lombardi, Néstor Grindetti, Damián Arabia, Sebastián García de Luca y Cristian Ritondo.

Julián Álvarez/Télam

A menos de dos puntos de distancia del libertario –unos 418 000 votos–, en el esquema bullrichista hay quienes aseguran que los apoyos necesarios hacia octubre están entre quienes no fueron a votar en las PASO.

El domingo la abstención para una primaria presidencial fue récord: un 31 %, que en sufragios se traduce en 10 millones. La ilusión en la oposición es que este año suceda lo que en 2019, cuando hubo un repunte en las generales: en agosto de aquel año votó el 76 % y en octubre más del 80 %. En ese ínterin Macri sumó 2,1 millones de votos subido a una campaña optimista con el latiguillo “Sí se puede”. Aunque al expresidente no le alcanzó para reelegir, la subida fue importante. Bullrich pretendenría imitarlo.

“Estamos en un escenario similar al 2019. No hay que preocuparse”, dijo a elDiarioAR uno de los máximos colaboradores de la exministra ayer, con una voz notablemente cansada. El cálculo a su favor que hizo el operador es que Bullrich podría sumar nuevos apoyos no solo entre los ausentes, sino también en el voto en blanco –que fue de poco más de un millón– y algunos mileistas “asustados” por el impacto que generó su fenómeno en la economía del día después: devaluación oficial, salto del blue, remarcaciones de precio y caída de acciones y bonos.

“Milei no va a crecer”, sentenció la fuente consultada.

“Patricia necesita un ‘Sí se puede’ versión dos. Tiene que lograr lo que logró Macri: que dos millones de personas que faltaron vayan a votarte. Toda una proeza”, agregó otra fuente que conoce las tripas de la oposición y que el domingo se paseó por el búnker de Parque Norte.

La tesis del revival 2019 se sostiene siempre y cuando no haya fuga de los votos que recogió Larreta: 2,6 millones, sobre 4 millones que cosechó Bullrich.

Milei sumó poco más de 7,1 millones. “¿Por qué se irían, si son todos votos de Juntos?”, cuestionó una diputada nacional del PRO que tiene trato directo con la exministra.

Tras una interna que fue descarnada, JxC buscó cerrar filas arriba desde arriba mismo del escenario en el búnker compartido, también como cortafuego a un resultado que no fue el esperado: el plan original era que la marca quedara arriba, no segunda, y encima tan cerca de Unión por la Patria. Por eso no solo estuvo el jefe de Gobierno con Bullrich, sino las principales figuras de su armado: desde el radical Gerardo Morales a Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica.

Peceras donde pescar

Superada la interna, la pesca de Bullrich en los ausentes se entiende además en que las otras peceras electorales que quedaron en juego son muy ideologizadas o magras como para hacer una diferencia ganadora.

Un diputado bullrichista entendió que el casi tercio que juntó Unión por la Patria está muy vinculado al kirchnerismo y en una rara voltereta podría migrar a Bullrich. A lo sumo podrían irse al blanco o “volver” al Frente de Izquierda-Unidad, que sacó menos de dos puntos.

Se plantea una incógnita con Juan Schiaretti, que si bien fueron casi 4 puntos –cerca de 900 000 votos–, se leen como peronistas muy antikirchneristas, pero que difícilmente terminen en Bullrich.

De hecho, la exministra ya parece haber encontrado un techo de ventaja con el coqueteo que tuvo el gobernador cordobés con Larreta: salvo Mendoza –cuna del radical Grupo Malbec que le aportó a Bullrich su vice, Luis Petri, y el mayor porcentaje de votos para ganar la interna: 78 % sobre casi 22–, Córdoba fue el segundo distrito bullrichista en las PASO. Allí juntó cerca del 75 % de los sufragios cambiemitas, unos 400 000 votos.

“Acá hubo un temblor y el escenario es totalmente nuevo. Por lo que hay que barajar y dar de nuevo”, dijo otra voz legislativa consultada, que se mostró optimista incluso con que Bullrich pueda robarle algunos votos a Milei, planteando una narrativa de “cambio más racional” del que propone el libertario.

Otro legislador –de la UCR– aventuró que podría estar en un 2 por ciento la tajada de mileistas “a convertir” al bullrichismo, justo la diferencia entre La Libertad Avanza y JxC.

“Esos votos valen doble, porque nosotros sumamos y él resta”, se entusiasmó la fuente –que acompañó a la exministra en varios viajes por el país durante la campaña–. Adelantó que le propondrá a Bullrich como estrategia que busque abrir su agenda de temas de conversación pública, para evitar “pisar el palito” en economía, el monotema fuerte de Milei y uno de los déficit de Bullrich. “Tiene que salir a decir que Milei no tiene la solución correcta. Esto no es magia”, le recomendó.

En el bullrichismo ya hay incluso quienes hacían cálculos sobre la imposibilidad que tendría el libertario para gobernar sin apoyo parlamentario, pese a que si se repiten los resultados del domingo se haría con una bancada parlamentaria de 40 diputados y 8 senadores. JxC quedaría con 107 en Diputados y 27 en el Senado. “Nosotros conseguimos el quorum en dos minutos. Así que él tendrá que venir eventualmente a buscarnos para acordar”, desafió la diputada amarilla, y amenazó: “Si no le va a ser imposible gobernar”.

Polarizar con Milei

Luego del shock que implicó el triunfo de Javier Milei, y que relegó a Unión por la Patria (UP) al tercer lugar en el podio, Sergio Massa se instaló este lunes muy temprano en el Ministerio de Economía para, además de repaso de la elección y diálogo con referentes del todo el país, se enfocó en seguir las repercusiones económicas producto de dos fenómenos: la victoria del libertario, una figura vista con intriga por el mercado, y el efecto de la devaluación de 22 % del dólar oficial que resolvió el Banco Central.

Desde Economía, además de estar al tanto de los movimientos en la cotización de los bonos y las acciones de empresas argentinas, cuya caída en el entorno del ministro definieron como “efecto Milei” y atribuyeron plenamente al resultado electoral del domingo, Massa estuvo en diálogo con las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), que a media mañana difundió un comunicado de respaldo, que fuentes oficiales tradujeron como la certeza del acuerdo futuro que derivaría en desembolsos por 10.530 millones de dólares.

Maximiliano Luna/Télam

Con el mapa de los votos del 13-A, en UP refuerzan la tesis de que Massa, con 5 millones de votos, fue el segundo candidato más votado, según la cuenta individual, detrás de los 7,1 millones que obtuvo Milei.

De ese modo, el ministro candidato proyecta un esquema para polarizar con el libertario, lo que supone en paralelo no entrar en una disputa con Patricia Bullrich.

Al planteo de construir una “nueva mayoría”, Massa se prepara para un ring donde antagonicen el ministro y Milei, a partir de la interpretación de que la ganadora de las PASO de JxC quedó relegada al tercer lugar, con 4 millones de votos, y que ahora deberá resolver qué táctica aplica para entrar en la pelea donde debe, primero, retener los votos de Horacio Rodríguez Larreta y luego ir a disputar votos con Milei.

“Milei quedó arriba de Bullrich y se van a disputar votos entre ellos para ver quien llega al balotaje”, dicen cerca de Massa y mencionan que JxC obtuvo 28%, cuatro puntos menos que lo que logró Mauricio Macri en las primarias de 2019, tras lo cual remontó hasta pasar el 40 %. Con esa foto, en UP plantean que aunque el peronismo perforó su piso histórico, también JxC cayó por debajo de su peor registro electoral nacional.

“Dimos la primera batalla y estamos en carrera”, dicen cerca de Massa, apuntan que salió bien parado de la PASO de UP y que logrará realinear al peronismo. “Ahora empieza el segundo tiempo y solo quedan los titulares”, apuntan. En UP plantean un escenario sobre la base de la batalla entre “Massa versus la locura”, en referencia al líder libertario pero además a Bullrich.

En el laboratorio de UP empezó una lectura fina de los números con el objetivo de detectar donde puede ir a buscar votos para las generales de octubre. “Se van a redistribuir los votantes de Schiaretti en Córdoba, también los de Larreta y pueda haber una disputa entre Milei y Bullrich”, dicen en el oficialismo a la vez que empezó una tarea para detectar las zonas donde la concurrencia a votar fue más baja y determinar si el PJ puede aumentar la concurrencia.

Con información de elDiarioAR

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